Puki nació muy pequeña, demasiado, tanto que su madre no quiso amamantarla.
Era una perrita de raza pequeña, parecía un ratoncillo de campo y había que alimentarla y estimular su apetito. Su dueña me llamo muy asustada porque no quería comer, y tenía poca energía.
Comenzamos el tratamiento con argentum metallicum 5 ch, diluido, 15 gotas en cada comida. Le dije a la dueña que debía alimentarla al menos ocho veces cada día, poco pero frecuentemente… Es muy duro, pero si quería que sobreviviese era la única solución.
La perrita pasó los primeros días, que eran los más graves y comenzó a ganar peso.
Ya tiene un mes y su tamaño y peso son los adecuado, gracias al argentum y a la dedicación de su dueña la perrita está sana.