Hace poco llego a la consulta un perro macho, mestizo de boxer.
Edad: 11 meses.
Clínica: aparición de 5 verrugas que habían credido mucho y muy rápido. Las verrugas eran de color rojizo, y el perro las mordía lo que hacía sangrar las heridas.
El crecimiento de la verruga era algo irregular, las que se había mordido le habían vuelto a salir.
Es un perro alegre, sociable, juega con todos los perros sin agresividad. Muestra sumisión ante otros machos. No está castrado. Había sufrido algún ataque de otros machos.
Es difícil saber cómo se ha sentido el perro por esos ataques, no muestra terror a otros perros pero con los que le han atacado si.
Es posible que su sensación sea de falta de confianza en si mismo, de inferioridad.
El tratamiento se inicia con Thuja occidentalis, una vez al día.
A las dos semanas del tratamiento las verrugas más pequeñas que habían sido mordidas y habían reaparecido, desaparecen.
A las 3 semanas de tratamiento, las verrugas más grades que no había mordido, porque no llegaba, comienzan a tomar un aspecto feo, reseco y a las 4 semanas se pueden arrancar y desaparecen.
Ya no tiene verrugas.
Sigue jugando con los perros de forma sociable, no se acerca a los perros que le amenazan pero no siente pánico.